El trabajo doméstico es una actividad esencial en la vida cotidiana de millones de personas, pero pocas veces se le da la importancia que merece en términos de prevención de riesgos laborales. Aunque se desarrolla en un entorno familiar, los peligros pueden ser igual de graves que en cualquier otro ámbito de trabajo. Identificar y gestionar adecuadamente estos riesgos no solo protege la integridad de quienes realizan estas tareas, sino que también contribuye a la seguridad del hogar en su conjunto.
Riesgos comunes en el servicio doméstico
Las labores domésticas abarcan una amplia gama de actividades que pueden exponernos a accidentes y enfermedades profesionales. Algunos de los riesgos más frecuentes incluyen:
Caídas y golpes: superficies mojadas, pisos desordenados y la utilización de escaleras de manera inapropiada pueden generar accidentes.
Sobreesfuerzos y posturas inadecuadas: cargar objetos pesados, mantener posiciones incómodas por largos períodos y realizar movimientos repetitivos pueden ocasionar lesiones musculoesqueléticas.
Exposición a contaminantes químicos: los productos de limpieza y desinfección pueden provocar intoxicaciones, quemaduras químicas y problemas respiratorios si no se utilizan correctamente.
Riesgo eléctrico: el mal estado de los enchufes y electrodomésticos aumenta la posibilidad de descargas eléctricas.
Incendios y quemaduras: el manejo inadecuado de cocinas, electrodomésticos y productos inflamables puede generar situaciones de peligro.
Estrés y desgaste emocional: el cuidado de personas, la carga laboral excesiva y la precariedad laboral pueden afectar la salud mental de los trabajadores del hogar.
Medidas de prevención para un entorno seguro
Minimizar estos riesgos requiere un enfoque integral basado en buenas prácticas y el uso adecuado de herramientas de prevención. Algunas acciones clave incluyen:
Orden y limpieza: mantener los espacios organizados y libres de obstáculos ayuda a evitar caídas y golpes.
Ergonomía: realizar pausas activas, utilizar elementos auxiliares para la carga de objetos pesados y ajustar el mobiliario para reducir posturas forzadas.
Seguridad química: leer etiquetas de los productos, almacenarlos correctamente y utilizar equipo de protección, como guantes y mascarillas.
Electricidad segura: revisar regularmente el estado de los electrodomésticos y evitar el uso de conexiones sobrecargadas.
Gestión del fuego: instalar detectores de humo, contar con extintores adecuados y establecer protocolos de actuación en caso de incendio.
Capacitación y concientización: formar a los trabajadores en buenas prácticas y derechos laborales es fundamental para reducir accidentes y promover un ambiente laboral saludable.
El rol del empleador y la importancia del cumplimiento normativo
Quienes contratan trabajadores domésticos tienen la responsabilidad de garantizar un entorno de trabajo seguro. Esto incluye proporcionar información sobre los riesgos, ofrecer elementos de protección personal y asegurar condiciones de empleo dignas. En Argentina, la normativa vigente exige que los empleadores cumplan con medidas de prevención y protección para sus trabajadores, alineadas con el concepto de trabajo decente.Fomentar una cultura de prevención en el servicio doméstico es un paso clave para reducir la ocurrencia de accidentes y enfermedades laborales. Asumir esta tarea con seriedad contribuye no solo a la seguridad individual, sino también a la construcción de ambientes de trabajo más justos y seguros.
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